Donde el sistema no llega, llegan las personas.
En un sistema que falla de forma constante a los animales, el voluntariado se convierte en su única red de apoyo. Cuidadores, rescatistas, difusores… personas que ofrecen su tiempo, recursos y afecto sin pedir nada a cambio.
Pero el voluntariado no debería sustituir al Estado ni a estructuras profesionales. Muchos voluntarios se enfrentan a una carga emocional intensa, falta de formación y recursos, e inestabilidad que termina desgastándolos.
Por eso, en el mes en que se celebra la labor del trabajador, desde Red Tau decimos:
Es necesario reconocer al voluntariado, pero sin romantizarlo.
Hay que exigir estructuras públicas de protección animal.
Y mientras tanto, apoyar con firmeza a quienes están en primera línea.
Forma parte de este tejido solidario. Ayuda a los refugios y profesionales a salvar vidas.
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