La desertificación no es solo un fenómeno climático: es también el resultado de decisiones políticas y económicas, y una de las más destructivas es el modelo de ganadería intensiva.

Datos para reflexionar:
Producir 1 kg de carne de vacuno requiere entre 15.000 y 20.000 litros de agua.
Un solo litro de leche: 1.000 litros de agua.
En cambio, 1 kg de lentejas requiere solo 1.250 litros.

El 70 % del agua dulce mundial se destina a la agricultura, y la mayor parte a cultivos para alimentar ganado, no personas.

En zonas ya afectadas por la sequía, la ganadería industrial agrava la escasez hídrica, contamina acuíferos y acelera la degradación del suelo.

Desde Red Tau denunciamos este modelo y proponemos una transición hacia sistemas alimentarios éticos, sostenibles y vegetales, que respeten a los animales, a la tierra y a las comunidades humanas.

Porque la lucha contra la sequía también es una lucha contra el especismo y el extractivismo.

Recuerda: no es sequía, es saqueo. La tierra se cuida cambiando el sistema, no el clima.


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