Sanfermines

Cada mes de julio, en Pamplona, se celebran los Sanfermines: una de las festividades más conocidas de España a nivel internacional. Lo que para muchas personas es una celebración popular, colorida y llena de emoción, para otros es un espectáculo basado en el sufrimiento animal.

Los encierros, las corridas de toros y otros festejos asociados no solo implican estrés extremo y violencia física, sino también una profunda normalización de la crueldad hacia los toros como si fuera parte inofensiva del folclore.

¿Por qué cuestionar estas “fiestas”?

Desde Red Tau creemos que es urgente abrir este debate desde una perspectiva ética e interseccional.
Porque lo que se presenta como “tradición” no puede estar por encima del respeto a la vida.

  • La cultura no justifica el sufrimiento.
    Ninguna expresión cultural debería sostenerse sobre el dolor de otros. Las culturas evolucionan, y es nuestra responsabilidad hacerlas más justas, más compasivas.
  • Tradición no significa justicia.
    El hecho de que algo se haya hecho durante generaciones no lo convierte en moralmente aceptable. La historia está llena de prácticas que hoy consideramos inaceptables y que en su momento fueron “normales” (normalizadas).
  • El respeto a los animales es un valor universal.
    El sufrimiento no tiene fronteras ni justificaciones culturales. Reconocer a los animales como seres sintientes implica revisar nuestras costumbres a la luz de la empatía y la responsabilidad ética.

Encierros y corridas: el precio oculto de la “fiesta”

Lo que se muestra como adrenalina y espectáculo es, en realidad, un proceso profundamente violento para los toros:

  • Son trasladados a ambientes desconocidos, rodeados de ruidos, gritos y aglomeraciones humanas.
  • Corren aterrados entre muros sin salida, muchas veces golpeados o heridos en el proceso.
  • Terminan su recorrido en la plaza, donde serán lidiados y muertos bajo el aplauso de parte del público.

Todo esto, en nombre de la “diversión”.

Otra forma de celebrar es posible

Festejar no tiene por qué implicar daño. Podemos construir celebraciones que honren la vida, el arte, la música, la comunidad… sin recurrir al sufrimiento de nadie.

Resignifiquemos la fiesta. Es hora de imaginar y exigir formas de cultura sin opresión, donde la alegría no dependa de la violencia hacia otros seres.

Suma tu voz al cambio. Rechazar espectáculos basados en el dolor animal no es “ir contra la tradición”, es apostar por un presente y un futuro más compasivo.

En Red Tau defendemos una ética del cuidado, que incluya a todos los seres sintientes.
Por una cultura viva, sin crueldad.
Por unas fiestas que celebren la vida, no la muerte.


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