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Muchos refugios y protectoras nacen desde la voluntad sincera de ayudar a los animales. Sin embargo, la buena intención no basta si no se acompaña de formación actualizada, ética y basada en el bienestar real de quienes rescatamos.
¿Qué está pasando realmente?
- Todavía se emplean técnicas de adiestramiento aversivas como castigos, collares de pinchos o ahorque, collares eléctricos, y correcciones físicas o emocionales.
- La conducta animal se interpreta desde la necesidad de control, no desde el respeto ni el vínculo emocional.
- Se prioriza la “adaptación” del animal al sistema humano, aunque esto implique estresarlo, silenciarlo o romper su voluntad.
Esto es, en esencia, una forma más de especismo. Cuando sometemos a un animal rescatado a dolor, miedo o desconexión emocional para que “sea adoptable”, no lo ayudamos, sino que lo oprimimos nuevamente.
En Red Tau proponemos otro camino, basado en:
- Formación ética, actualizada y empática para refugios, voluntariado y profesionales, de la mano de especialistas en bienestar animal.
- Educación antiespecista que reconozca la agencia y el sentir de los animales.
- Acompañamiento respetuoso, que valore la individualidad y dignidad de cada ser.
- Apoyo a refugios que buscan mejorar sus prácticas e instalaciones, con ayuda constructiva y no señalamiento destructivo.
Cuidar también implica cuestionarse. Si trabajas o colaboras en un refugio, te invitamos a formarte con especialistas desde una perspectiva ética, no violenta y basada en el vínculo.
Los animales merecen más que una jaula: merecen ser vistos, escuchados y respetados.

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